domingo, 11 de noviembre de 2012

La batalla: teléfono versus hijos

Los conocemos como teléfonos más por costumbre que por otra cosa. La verdad es que ya son casi asistentes personales, computadoras, centros de compras, es donde nos enteremos de lo que está pasando en la vida de familiares y vecinos, desconocidos y famosos. Para muchas mamás, nuestros teléfonos inteligentes son una tabla de salvación. Los usamos para comprar, ahorrar, planificar vacaciones, estudiar, buscar información, ayuda sobre algún padecimiento o conducta inexplicable de nuestros hijos; navegamos a nuestro antojo para buscar y encontrar literalmente lo que se nos ocurra y necesitemos. Veo mamás revisando emails mientras amamantan a sus hijos. Otras texteando mientras los niños juegan en el parque. En restaurantes, cuando hay reuniones familiares. Hablando por teléfono cuando conducen, y también texteando aunque mil veces nos recuerdan lo peligroso que es. Los usamos en todos lados. Son casi omnipresentes. El teléfono agrega otro ejercicio de malabarismo a mi experiencia como mamá. Te cuento. Trabajo por mi cuenta y el teléfono es mi centro de negocios y operaciones. ¡Un alivio en realidad! Me permite hacer mucho sin tener que estar atada a un escritorio. Todo funciona de maravillas mientras mis hijos no están en el escenario. El asunto se complica cuando estamos todos juntos, en dias de semana y yo tengo cosas pendientes por resolver. Entonces me pasa que no estoy ni aqui ni allá. No participo, no respondo con coherencia porque mi cuerpo está con ellos, pero no mi mente y allí está la raíz del conflicto. Por ratos, viene la culpa. Por un lado, me siento mal porque sé lo que está ocurriendo y puedo ver la cara de frustración de mi hijo mayor cuando sabe que no estoy del todo con ellos. Por el otro lado, la presión y la responsabilidad de asuntos profesionales pendientes que sé que tengo que atender, muchas veces en poco tiempo. Tengo tres recordatorios que uso y que me ayudan a mantener la sanidad mental en lo que parece ser una batalla constante. Siento que es algo así como una guerra de atención entre mis hijos y mi Iphone. Estas son las claves:
Cuando me quedan cosas de trabajo por hacer que no pueden esperar y no me alcanzo el dia, los pongo a jugar juntos un rato y les explico que necesito terminar el trabajo. El mayor ya entiende y generalmente coopera y hasta me ayuda a entretener al bebé. Si no hay nada urgente pendiente, pongo el teléfono en vibrador y le aviso a mi esposo que llame a casa si necesita hablar conmigo. Si me toca un dia pesado, bien ocupado, simplemente respiro y me recuerdo que no se va a caer el mundo. Entre mis hijos y el teléfono, mis hijos ganan casi siempre. ¿A ti como te va en esta batalla? ¿Te pasa como a mi? ¿Divides tu atención entre tu teléfono y tus hijos?

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